Cómo y cuándo bañar a tu perro

La hora del baño puede que no sea la favorita de nuestros peludos (aunque conocemos alguno que la disfruta enormemente), pero es también parte inevitable de nuestras vidas y las de nuestros amigos de cuatro patas. Especialmente en esta época del año, en la que el calor, los picores y los baños en la playa (si hay suerte) pueden complicar el cuidado e higiene de la piel y pelo perrunos. Además, un baño puede servir también para ayudar a retirar el pelo muerto en tiempo de cambio o comprobar la existencia de heridas o parásitos, después de un buen paseo por el campo o la montaña, por ejemplo.

Frecuencia de baño

Hay muchos factores que influyen en la frecuencia con la que deberías bañar a tu perro; los más importantes son el tipo de pelaje, su actividad en el exterior y si sufre alguna patología relacionada con la piel o el pelo que le exija un régimen de limpieza especial, que debe recomendar el veterinario. Los perros con pelo largo tienden a ensuciarlo más y los que pasan más tiempo en el interior, justo lo contrario. Siempre puedes consultar con tu veterinario si tienes dudas acerca de qué es lo mejor para el caso concreto de tu peludo.

En cualquier caso, las recomendaciones generales indican como mínimo un baño cada tres meses y como máximo una vez a la semana, siempre y cuando se utilice un champú adecuado para lavados frecuentes.

La piel de los perros segrega aceites específicos para protegerla y promover un pelaje sano, que pueden ser eliminados, con el consecuente perjuicio para la salud y bienestar de nuestros peludos, si los lavamos demasiado a menudo. Un cuidado del pelo entre baños, con cepillados habituales, puede alargar el tiempo entre ellos, así como una limpieza superficial con un trapo húmedo, para los que tienen pelo corto.

Consejos para un baño agradable y efectivo

• Usa un champú específico para perros y para sus características. Puedes encontrar múltiples opciones en el mercado, hasta para perros de edad avanzada.
• Coloca una alfombrilla antideslizante dentro de la bañera, para evitar resbalones y sustos.
• Cepíllalo antes de lavarlo, para facilitar y agilizar el baño.
• Sé consistente. Si tu perro tiene miedo a bañarse, hacerlo siempre de la misma manera y en el mismo sitio puede ayudar a tranquilizarlo.
• Intenta que esté calmado, hablando con él en tono tranquilo y dándole mucho cariño.
• Prepara todo lo que necesitas (champú, ducha, cepillo, toalla) antes de empezar, para que todo esté listo y a mano.
• Usa agua templada, no caliente ni fría.
• Enjabona de abajo arriba, empezando por las patas y terminando en la cara, siempre con mucho cuidado, y enjuaga de delante atrás, empezando por la cabeza y terminando en la cola.

• Seca a fondo con una toalla y no uses el secador a no ser que sea imprescindible y a la menor temperatura posible.

El caso de los cachorros

Los cachorros necesitan bañarse incluso menos que los adultos; puedes aprovechar este periodo para familiarizarlo con la rutina del baño y que así más tarde pueda disfrutar de estos momentos. En esas contadas ocasiones, usa un champú especial para cachorros.

El tiempo del baño no tiene por qué ser el favorito de tu perro pero preparándose adecuadamente y con una buena dosis de paciencia y cariño es posible que no sea en absoluto estresante para nadie.